Es un hecho que cuando los padres salen a comprar acompañados, son los hijos quienes marcan el ritmo de la velada, por eso, si ellos están contentos, tus clientes potenciales también lo estarán.

Eso mismo debieron pensar los miembros de Imaginarium cuando decidieron reformular sus locales comerciales. Pasaron de ser ‘simples tiendas de juguetes’ a ser Imaginarium: Espacios comunes entre padres e hijos. De forma que, en lugar de contentarse con ser un espacio de venta y exposición de objetos infantiles, quisieron ir más allá de lo material.

Tras estudiar a su público (tanto el objetivo como el potencial), se dieron cuenta de la necesidad de enfatizar las experiencias entre padres e hijos, la fortaleza de esos lazos y la importancia que tendría, a nivel marketing, el poder situar a la marca dentro de esas experiencias. ¿No es eso lo que todas las marcas sueñan? ¿Formar parte de la vida de los usuarios?

Por ello en Imaginarium decidieron crear un espacio para las aventuras, los juegos y los momentos ‘padre-hijo’ más allá de una simple venta de juguetes para, palabras textuales, elevar el valor añadido de los juguetes que especificaba y comercializaba la compañía.

Más allá del retail y del nuevo concepto comercial, desarrollaron oportunidades más alejadas de la posición inicial de credibilidad de la marca, en principio apalancándose en la oferta de servicios experienciales: Vive la experiencia Imaginarium en familia. Desarrollaron la agencia de viajes Imaginarium, en co branding con Viajes Barceló; donde los primeros destinos fueron Laponia para conocer a Papá Noel, posteriormente le sucedieron una oferta de piratas, castillo medievales, etc.

¡Y todo ello partiendo de una tienda de juguetes! Y es que a veces, tenemos oportunidades al alcance de la mano, sólo hay que saber mirar y alargar el brazo.

Lo que comenzó como una reformulación del diseño interior del local, terminó siendo un concepto a gran escala, que sí, afectó al interiorismo comercial, pero también a la estructura y la estrategia de la marca.

Pero volviendo al tema de acondicionar las tiendas de cara a los niños, no es necesario crear una acción tan grande como la de Imaginarium (y menos si no pertenecéis al mismo sector de negocio), pero sí ser conscientes de la importancia de los lazos padre-hijo. ¿Cómo? Acondicionando tu tienda para que toda la familia pueda sentirse a gusto. Nosotros te proponemos tener en cuenta los siguientes consejos:

Deja una anchura suficiente entre los pasillos, piensa en los padres que pasean con sus bebés en los carritos.

Utiliza un mobiliario sin aristas afiladas, especialmente a cierta altura… ¡No queremos accidentes!

– Si es posible, dedica una zona para los pequeños, así sus padres podrán prestar atención a tus productos mientras los niños juegan. Es muy simple: una zona protegida, a poder ser enmoquetada y con colores vivos y con algún que otro juguete. ¡Lo importante es que estén entretenidos!

Ten el cuarto de baño limpio y aseado, y acondiciónalo lo mejor que puedas: un cambiador, taburetes para que los pequeños lleguen a lavarse las manos…

Mantén tu tienda ordenada y limpia, no sólo por la imagen de tu negocio, si no también porque a los niños les encanta arrastrarse por el suelo y no queremos que sus padres recuerden la visita a tu tienda como ‘el sitio donde el niño se puso perdido’. Además vigila que no hayan objetos cortantes y/o punzantes (como tijeras, cuters, alfileres…) donde puedan llegar con sus manitas.

Pero además:

– Habla con tu personal para que se muestren amables y cercanos, pero con naturalidad: los niños son personitas y deben ser tratados como tal. Nada de tonos ridículos ni lenguaje forzado.

– Si quieres, ten a mano caramelos o golosinas. Mejor del tipo chupa-chups, para que no se atraganten.

Y, sobretodo, recuerda que todo padre pone a su hijo por delante de cualquier otra prioridad, por lo que, si el niño está a gusto, él también lo estará.

Éstos son pequeños detalles que pueden marcar la diferencia. ¿Se te ocurre alguna cosa más a tener en cuenta? Si es así, estaremos encantados de escucharte.

Y recuerda: ¡un niño contento es un padre feliz!

Puedes leer el post completo titulado ‘10 consejos para tratar bien a los niños en tu tienda’ de Celestino Martínez, aquí

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