Si algo nos ha dejado patente la pandemia mundial provocada por el covid-19 es que el confinamiento ha cambiado el comportamiento de los consumidores.
Ante la imposibilidad de no salir de casa pero con las mismas necesidades (o incluso más, fruto del mayor tiempo libre para hacer deporte, comer, cocinar...) el comercio electrónico se ha convertido el aliado perfecto para realizar compras a golpe de clic sin poner un pie fuera del hogar. Al mismo tiempo, la industria caía en picado a causa de la parada en la actividad económica.El sector retail se ha visto muy afectado por el coronavirus desde diferentes ámbitos y ópticas: empezando por el parón en la producción industrial y la caída de las ventas durante todo el confinamiento, hasta la necesidad de adaptar las fábricas y establecimientos físicos implementando nuevas medidas de seguridad, higiene, limpieza y salud. Todo ello, a su vez, ha derivado en la necesidad de resiliencia para adaptarse a la nueva normalidad.